Ojai,
California, 1944 - PRIMERA PLÁTICA EN EL ROBLEDAL
Pregunta:
¿Cuáles son mis derechos en mi relación con el mundo?
KRISHNAMURTI: Es una
pregunta interesante e instructiva. El interlocutor parece colocarse en
oposición al mundo y entonces se pregunta cuáles son sus derechos en relación
con éste. ¿Está él separado del mundo? ¿Tiene algún derecho independientemente
del conjunto de la humanidad? Al colocarse aparte, ¿comprenderá lo que es el
mundo? La parte no es el todo pero, para comprender el todo, la parte no debe
situarse en oposición al todo. Comprendiendo la parte, se comprenderá el todo.
Cuando el individuo está en oposición al mundo, entonces reclama sus derechos;
pero, ¿por qué debería ponerse en oposición al mundo? La actitud de oposición
entre el "yo" y el "no yo", impide la comprensión. ¿No es
el individuo parte del todo? ¿No son sus problemas los problemas del mundo? Sus
conflictos, confusiones y desdichas, ¿no son los de su prójimo, cercano o
distante?
Cuando se torne consciente
de sí mismo, sabrá que forma parte del todo. Es un producto del pasado con sus
temores, esperanzas, avideces, aspiraciones y demás. Este producto busca un
derecho en su relación con el todo.
¿Acaso tiene algún derecho
en tanto sea envidioso, codicioso, cruel? Sólo cuando no se considere como un
individuo sino como un resultado y una parte del todo, conocerá la libertad en
la que no hay oposición, dualidad. Pero en tanto pertenezca al mundo con su
ignorancia, su crueldad y sensualidad, no tiene relación alguna que esté separada
del mundo. No deberíamos usar en absoluto la palabra individuo ni las palabras
mío y tuyo, porque no tienen fundamentalmente ningún significado. Yo soy el
resultado de mi padre y mi madre y de la influencia ambiental del país y de la
sociedad. Si me coloco en oposición, no puedo comprender. La combinación de
opuestos no genera comprensión. Pero si tomo conciencia de las modalidades de
la dualidad, si las observo, comenzaré a percibir la nueva libertad respecto de
los opuestos. El mundo está dividido en opuestos: blanco y negro, bueno y malo,
mío y tuyo, y así sucesivamente. En la dualidad no hay comprensión, cada
antítesis contiene su propio opuesto. Nuestra dificultad reside en pensar en
estos problemas de un modo nuevo, pensar en el mundo y en uno mismo desde un
punto de vista por completo diferente, observando en silencio, sin
identificarse ni comparar. Las ideas que ustedes piensan son el producto de lo
que otros han pensado, lo cual se combina con el presente. La verdadera
unicidad radica en descubrir lo verdadero y vivir en ese descubrimiento. Esta
unicidad, esta alegría y liberación que advienen con el descubrimiento, no
pueden encontrarse en la arrogancia de las posesiones, del nombre, de los
atributos físicos y de las tendencias. La verdadera libertad surge por obra del
conocimiento propio que da origen al recto pensar; gracias al conocimiento
propio existe el descubrimiento de lo verdadero, lo único que pone fin a
nuestra ignorancia y a nuestro dolor.
La paz se encuentra en la
percepción y el conocimiento de nosotros mismos, y en esa serenidad existe lo
inmortal.
Ojai, 14 de mayo de 1944
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