“Los llamados santos y sannyasis han contribuido al
embotamiento de la mente y a la destrucción de la sensibilidad. Todos los
hábitos, la repetición, los rituales reforzados por las creencias y los dogmas,
por las respuestas de los sentidos, pueden ser perfeccionados y lo son, pero la
lúcida percepción alerta, la sensibilidad, es un asunto muy distinto.
La sensibilidad es absolutamente esencial para mirar
profundamente en lo interno; este movimiento de penetrar en lo interno no es
una reacción a lo externo; lo externo y lo interno son un solo movimiento, no
están separados. La división de este movimiento como lo externo y lo interno
engendra insensibilidad. Penetrar en lo interno es el fluir natural de lo
externo; el movimiento de lo interno tiene su propia acción que se expresa
exteriormente, pero ésta no es una reacción a lo externo.
La lúcida percepción alerta de este movimiento es
sensibilidad.”
Del Diario de K. 28 de octubre de 1961
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